Declaración de Salvador en favor de la Filosofía
Salvador – Bahía – Brasil
20 de abril de 2017
Las personas representantes de asociaciones nacionales e internacionales de filosofía de
trece países iberoamericanos, reunidas en el I Encuentro de la Red Iberoamericana de
Filosofía, celebrado los días 19 y 20 de abril de 2017 en la Universidad Federal de Bahia
(UFBA), acordamos hacer pública la presente Declaración:
1. La Filosofía, como ejercicio libre del pensamiento, como reflexión crítica sobre los
principios que rigen nuestras acciones y como diálogo racional entre diferentes puntos
de vista, es una parte consustancial de todas las civilizaciones. Las grandes tradiciones
filosóficas de Oriente y de Occidente, del Norte y del Sur, son un patrimonio vivo de
toda la humanidad, a través del cual pueden comunicarse todos los pueblos de la Tierra.
La UNESCO reconoce a la Filosofía un papel fundamental en la formación cívica y
cultural de los ciudadanos y ciudadanas de todo el mundo. En 1995 hizo pública la
Declaración de París en favor de la Filosofía y editó el informe Filosofía y democracia
en el mundo; en 2005 estableció el tercer jueves de noviembre como Día Mundial de la
Filosofía; en 2007 editó el informe La Filosofía, una escuela de libertad; y en 2009
publicó la Declaración de Santo Domingo sobre la enseñanza de la Filosofía en
América Latina y El Caribe.
2. La Filosofía es una “escuela de libertad” porque educa a las niñas, niños y jóvenes
como ciudadanos libres, capacitados para intervenir con autonomía en la vida pública
de su comunidad, al proporcionarles cuatro tipos de formación: el uso riguroso del
lenguaje y la comprensión de todo tipo de conceptos y problemas, lo que les ayuda a
mejorar sus capacidades de razonamiento y comunicación; la conexión interdisciplinar
entre los distintos saberes científicos, humanísticos y artísticos, necesaria para afrontar
la complejidad del mundo contemporáneo; el conocimiento histórico de los grandes
sistemas de pensamiento y de las diversas tradiciones culturales que siguen vivas hoy en
las distintas comunidades humanas; y, por último, la conjunción entre el conocimiento,
la moral y la sensibilidad, imprescindible para lograr un desarrollo personal pleno y
equilibrado.
3. La Filosofía es también una “escuela para la paz” porque contribuye a la formación
de personas autónomas, reflexivas, capaces de reconocer la valía de la diversidad
cultural, respetar el derecho a las diferencias y aprender de ellas para formar consensos
plurales e incluyentes que contribuyan a la concordia entre personas, pueblos y
naciones. No puede haber democracia allí donde se violan los derechos humanos e
imperan la violencia, la intolerancia, la injusticia social y la desigualdad entre diferentes
categorías de personas. La Filosofía educa para la paz porque ayuda a fomentar el
diálogo, la tolerancia, el respeto, la convivencia pacífica, el reconocimiento de las
diferencias y el primado de la justicia.
4. La Filosofía puede practicarse en diferentes lugares y por diferentes medios: la
docencia, la investigación, el asesoramiento ético, la defensa de los derechos humanos,
la mediación social, la gestión intercultural, los clubes culturales, la prensa, la creación
artística y literaria, etc. No obstante, y en consonancia con las recomendaciones de la
UNESCO, los estudios de Filosofía deben tener un lugar específico y diferenciado en el
sistema educativo, porque solo de ese modo se garantiza su transmisión generacional y
su renovación permanente, y porque toda persona tiene “derecho a la Filosofía”, es
decir, derecho a recibir una formación básica que le permita acceder al rico patrimonio
del pensamiento filosófico y, en caso de que lo desee, adquirir también los
conocimientos especializados necesarios para el ejercicio de la profesión y vocación
filosóficas.
5. No puede haber una auténtica democracia si la ciudadanía no es educada para
pensar de manera libre y autónoma. Por eso, una sociedad democrática debe contar,
entre otros requisitos imprescindibles, con un sistema público de educación que cubra
todas las etapas formativas (infantil, primaria, secundaria y universitaria), que
proporcione una formación de calidad, que sea accesible a todas las personas sin
discriminación alguna por razón de sexo, nacionalidad, clase social, ideología, lengua,
religión, etc., y que conceda la debida importancia a los estudios de Filosofía,
denominada explícitamente como tal y enseñada por filósofos profesionales, desde la
infancia hasta la educación superior. Para ello, es necesario contar con centros
superiores de formación docente del profesorado.
6. También es necesario contar con un sistema público de investigación integrado por
universidades y centros de investigación; dotado de recursos suficientes en todos los
ámbitos: científicos, humanísticos y artísticos; basado en el mérito, la creatividad y la
responsabilidad social de los investigadores; y que conceda la debida relevancia a la
investigación y difusión del pensamiento filosófico.
7. Más allá del ámbito académico, es necesario crear espacios, tanto físicos como
virtuales, con el fin de posibilitar el acceso de la ciudadanía a la reflexión crítica y al
debate público, y, con ello, al ejercicio de las prácticas democráticas.
8. Rechazamos los drásticos recortes presupuestarios que muchos gobiernos de los
países iberoamericanos están aplicando en los últimos años al sistema educativo, a las
universidades, a los centros de investigación y a la cultura. Rechazamos igualmente las
reformas legislativas encaminadas a eliminar o reducir los estudios filosóficos y
humanísticos. Denunciamos a los gobiernos que subordinan los derechos humanos de
toda la ciudadanía a los intereses de los grandes poderes económicos, y que pretenden
imponer en las políticas públicas una concepción mercantilista y tecnocrática del
conocimiento y de la educación.
9. La Filosofía es un bien común de la humanidad porque tiene un alcance universal,
pero también porque expresa la diversidad de nuestras experiencias histórico-culturales
y de las lenguas en las cuales pensamos. Por eso, defendemos el cultivo y la difusión de
la Filosofía en las lenguas española y portuguesa, en las demás lenguas hispánicas y en
las de los pueblos originarios, no solo como un derecho de los pueblos iberoamericanos
a expresarse en sus lenguas maternas, sino también como una contribución al
patrimonio cultural de la humanidad.
10. Las asociaciones filosóficas firmantes de la presente Declaración nos
comprometemos a trabajar de manera coordinada en favor de la Filosofía. Y, para ello,
acordamos crear la Red Iberoamericana de Filosofía, con un triple objetivo: defender en
todo el ámbito territorial iberoamericano la presencia de los estudios de Filosofía en el
sistema educativo; cooperar en la organización de los Congresos Iberoamericanos e
Interamericanos de Filosofía; y promover en todo el mundo la creación y difusión del
pensamiento filosófico en español, en portugués y en las demás lenguas minoritarias del
ámbito cultural iberoamericano.
Firman la presente Declaración:
Manuel Berrón (AFRA, Argentina), Eduardo Nievas (SAPFI, Argentina), Adriano Correia
(ANPOF, Brasil), João Carlos Salles (SIF, Brasil), Vicente Serrano (ACHIF, Chile), Carlos
G. Patarroyo (SCF, Colombia), Maximiliano Prada (SCF y RNPF, Colombia), Luis
Camacho (ACOFI, Costa Rica), Antonio Campillo (REF, España), María José Guerra
(REF, España), Concha Roldán (ASIF-EIAF-Instituto de Filosofía del CSIC, España),
Ángelo A. Moreno (ACAFI, Honduras), Ambrosio Velasco (AFM, México), José de Lira
(AFM, México), Gabriel Vargas (OFM, México), Abdiel Rodríguez (ACAFI, Panamá),
João M. Cardoso (SPF, Portugal), Julio Minaya (ADOFIL, República Dominicana),
Leonardo Díaz (UASD, República Dominicana), Carlos E. Caorsi (SFU, Uruguay) y
Corina Yoris (SVF, Venezuela).
PDF EN: http://www.ofmx.com.mx/inicio/wp-content/uploads/2017/05/Declaraci%C3%B3n-de-Salvador-en-favor-de-la-Filosof%C3%ADa.pdf
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